domingo, 6 de junio de 2010

Los caminos de Mockus | ELESPECTADOR.COM

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Los caminos de Mockus
Por: Luis I. Sandoval M
Insondables los caminos del Profesor Mockus en la política.

Nada autorizaría a glosar siquiera sus ocurrencias a la vez ingeniosas e ingenuas, si el reto que se tiene por delante no fuera el que Natalia Springer señaló sin rodeos en el encuentro del 2 de junio convocado en apoyo a la justicia: estamos gobernados por la mafia. La continua agresión desde la cabeza del poder ejecutivo a las altas cortes, como se ve a diario, no se origina en otra cosa sino en el hecho de que la justicia, con inteligencia y valor admirables, está persiguiendo legítima y legalmente – no conspirando – la asociación entre crimen y política. Porque se produce el repugnante fenómeno del Estado Mafioso es por lo que ha surgido luminosa la idea del Estado Ético.

Urge superar el “todo vale”, instalar el respeto a la legalidad democrática y hacer de la vida el principio rector supremo de la acción privada y pública. Parece claro, atendiendo dictados de la misma ética, que los medios deben conservar la naturaleza noble de los fines, pero no parece claro, atendiendo dictados de sana política, que tales medios para ser eficaces deben ser proporcionados a la dimensión de los fines. Hemos coincidido con el Profesor Mockus en lo primero, mas no en lo segundo. Lástima. Los resultados que se obtengan el 20 de junio y la acción futura frente al régimen político que se prolonga, así parece, dirán en qué orilla estaba la razón. Por ahora solo comentarios puntuales a manera de pistas en el camino.

Esta campaña ha sido una secuencia continua de sorpresas. Entre ellas la configuración orgánica del centro político ante las falencias puestas en evidencia tanto por los proyectos y partidos de izquierda como por los de derecha. En algunos momentos falencias, incoherencias y abusos han constituido verdadero escándalo. Diciembre de 2008 fue uno de esos momentos cuando la bancada del Polo en el Senado apoyó el nombre de Alejandro Ordóñez para Procurador General y la bancada uribista violentó la aprobación del referendo para la segunda reelección de Álvaro Uribe. Propio del centro político es ser ambiguo y vacilante, de tal manera que al momento de las definiciones puede inclinarse a la izquierda o a la derecha. ¿Este centro del Partido Verde se quedará definitivamente a la derecha en esta coyuntura? ¿Además de cálculo electoral partidista es eso lo que conviene al país?

En Colombia para tener una mejor sociedad necesitamos mejores partidos. Ante todo necesitamos verdaderos partidos. No porque la política se ejerza solo a través de partidos, sino porque estos siguen siendo piezas principales e imprescindibles. Los movimientos sociales y étnicos, las asociaciones ciudadanas, y la opinión, forman también parte del entramado político. Este universo de actores está llamado a formar una comunidad política a la cual corresponde preservar la función primaria y la dignidad de la política. Con este plausible y esencial propósito es absolutamente legítimo que sin violencia y con transparencia se generen todo tipo de diferencias, oposiciones y afinidades en la vida pública. La asociación - cooperación, alianza, convergencia, coalición, frente – no se puede proscribir como instrumento válido de hacer la política, formar mayorías y conquistar el poder, tampoco para hacer oposición.Alguien que quiera renovar la política, así haya sido apolítico, mediático e inorgánico, seguro comprenderá en un momento que puede jugar limpiamente en asocio con otros partidos, sin confundirse ni desfigurarse, hacia fines superiores de la política. Colombia es un país de gente maravillosa, pero el país sigue siendo una tragedia. ¿Cuándo la gente maravillosa podrá juntarse para producir un país maravilloso? Bogotá.

lucho_sando@yahoo.es